Con mis sandalias descalzas en… una hamaca Yucateca.

descansando en una hamaca en el Caribe

Cuando nos hablan de «vacaciones en el Caribe», muchos de nosotros inmediatamente pintamos en nuestra mente un mar turquesa con arena blanca, un cocotero y una tentadora hamaca balanceándose con la brisa caribeña.

Dobles, sencillas, pequeñas, de un solo color ó con infinitas y atrevidas combinaciones de toda la gama cromática del arcoiris, las hamacas Yucatecas son un elemento imprescindible en miles de hogares de la Península de Yucatán (México).

hamaca playa de holbox

En lengua maya a la hamaca se le llama «hayabil kaan»; su traducción podría ser «cordeles para tenderse» y consiste en una red que puede ser confeccionada con diversos materiales y que se cuelga entre 2 muros dentro de las casas o entre 2 árboles en el exterior, y se utiliza para dormir. Los nativos la llamaban «cuna de los Dioses».

Las hamacas tienen un protagonismo tan importante en el corazón de la gente del Caribe, que podríamos decir que es parte intrínseca de su cultura. No fueron parte de la civilización clásica de la era maya más antigua; al parecer, llegaron a Yucatán en la época Prehispánica, unos 2 siglos antes de la llegada de los españoles.

En esas fechas, el material más utilizado para su confección era la fibra de «kij ó heneken», una especie de agave que forma una roseta de hasta 2’5 metros de diámetro, con flores verde-amarillo, que alcanza una altura de 5 a 6 metros y a la que, en el siglo XIX, también se la llamó «oro verde».

El «kij» se sembraba preferentemente en los solares de las casas y su periodo de crecimiento fluctuaba entre cinco ó seis años, a partir de los cuáles ya se seleccionaban y se cortaban parte de las hojas. A continuación se procedía a rasparlas para sacarle el jugo y dejar sólo la fibra, que se peinaba y se ponía a secar al sol. Finalmente se corchaba con un pedazo de corteza de árbol para convertir el agave en hilo.

Con 8 varillas de árbol lo más rectas posibles y de una longitud aproximada de 2 metros, se confeccionaba un bastidor para, sobre él, proceder a urdir y tramar la hamaca. Las agujas para urdir se hacían de la madera de unos árboles llamados «bojom». Todos los integrantes de la familia participaban en la elaboración y lo hacían antes de que saliera el sol debido a que el fresco y la humedad de la mañana le daba maleabilidad a la fibra y les permitía trabajarla con más comodidad. Como protección para las ampollas se untaban las manos con resina de cedro.

mujer maya confeccionando hamacas

La confección de hamacas fue evolucionando, y, después de las primitivas de «heneken», se fueron utilizando otros materiales como algodón, pita o cabuya, teñidas con tintes vegetales y anilinas. A día de hoy también se confeccionan con fibras de nylon.

La elaboración de cada pieza hoy en día puede llevar de 1 a 2 semanas.

El diseño y la belleza de las hamacas yucatecas elaboradas por talentosos artesanos, son admiradas no sólo por los mexicanos, si no también por muchos países extranjeros a donde son exportadas o trasladadas por turistas. Es curioso ver en las salidas de aeropuertos como el de Cancún (en la Riviera Maya), la gran cantidad de satisfechos viajeros que inician el regreso a sus países de origen con sus vistosas hamacas.

En los medios rurales, aún hoy en día, son muchos y diferentes los usos que se le dan a la hamaca; la utilizan, ante todo, como lugar de descanso, pero también tiene otras aplicaciones. Las parteras o matronas del medio rural opinan que es muy aconsejable para dar a luz y el primer argumento es que se adapta perfectamente al cuerpo de la mujer y que, llegado el momento del parto, la embarazada tiene donde agarrarse para hacer fuerza. El dormir en una hamaca durante el embarazo contribuye a regular la circulación de la futura mamá.

También es muy común utilizar la hamaca como cuna, pues aporta seguridad al bebé; se le sitúa lejos del suelo y de los animales, es más fresca que la cama y se le puede balancear cómodamente para dormirlo.

familia-hamaca-yucateca

Otro de los usos no tan conocidos de la hamaca, es como instrumento de la labor agrícola de desgranar; en Yucatán la alimentación está basada principalmente en el uso de granos, como el frijol y el maíz. Las hamacas de heneken permiten desgranar de forma más rápida y sencilla que con las manos. La técnica consiste en colocar en su interior lo que se desea desgranar, cerrarla bien y golpearla con un palo para que los granos vayan cayendo al suelo, quedándose la cáscara en la hamaca.

Sabemos que el «Kamasutra» es el manual sexual más famoso del mundo, pero también hay otro manual parecido llamado «Mayasutra» en el que se explican 69 posiciones para hacer el amor en una hamaca. Los nombres de esas posturas están relacionados con animales sagrados para los antiguos mayas, los 4 elementos de la tierra y los puntos cardinales.

posiciones sexo mayas

Ya sabéis, amigos, si tenéis la oportunidad de viajar a esta increíblemente bonita zona de México no podéis dejar de comprar una de estas hamacas que encontraréis fácilmente en cualquier tienda de souvenirs de la Quinta Avenida en Playa del Carmen, en los hoteles de la Riviera Maya, ó incluso, en las excursiones culturales, como Chichén Itzá, Ek Balam, Tulum ó Coba.

tipos de hamacas yucatecas

Su precio oscila dependiendo del tamaño, del material y del entramado de la red, entre 200 y 1000 pesos aproximadamente. Feliz descanso!!!

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