En la península del Yucatán se usa el término «punta» para designar formaciones relacionadas con la configuración de la costa, distinguiendo dos tipos de Puntas: las salientes de tierra hacia el mar, bien sea de tipo arenoso o pétreo marcando un cambio de dirección en la línea del litoral. Por otro lado, también se denominan Punta a los extremos del cordón litoral que marcan las entradas de mar hacia los esteros.
Punta Allen es un saliente de tierra localizado a unos cincuenta kilómetros al sur de Tulum, perteneciente a este municipio y situado en el extremo de una delgada lengua de tierra rodeada de mar por ambos lados y que marca el norte de una de las dos bahías de baja profundidad localizadas en el centro de las costas de Quintana Roo, llamada Bahía de la Ascensión
La Riviera Maya es un lugar rebosante de maravillas turísticas, algunas de ellas sobradamente conocidas y valoradas, y otras que aún mantienen un cierto «secretismo» de cara al turismo mientras esperan pacientemente que sus espectaculares entornos vayan siendo descubiertos.
Punta Allen podría entrar precisamente como uno de estos últimos lugares sin desvelar, siendo considerado actualmente como el extremo sur de la Riviera Maya.
Este pequeño pueblo está formado por una también pequeña comunidad de pescadores, de apenas 300 habitantes y en el que el visitante tiene la sensación de que la vida en él se detuvo un puñado de años atrás
Punta Allen es una villa de pescadores que se ubica al final de la reserva de la biosfera de Sian Kaan al que se accede por un camino de tierra que atraviesa la reserva desde Tulum, por la entrada de Boca Paila tras un recorrido de cincuenta kilómetros.
Aunque no se trata de una distancia excesivamente larga, lo cierto es que las condiciones de la carretera hacen que en ocasiones y debido al mal estado de la misma, se inviertan hasta cuatro horas para llegar allí. No obstante, cuando el camino está bien el divertido y emocionante trayecto se recorre en unas dos horas a bordo de jeeps o vehículos todoterreno.
La belleza natural de este paisaje se encuentra intacta y ofrece un sitio ideal para el turismo ecológico.
El entorno de Punta Allen permite admirar colonias de garzas y muchas otras variedades de aves, de las cuales un gran número ha encontrado su hábitat perfecto en la diminuta y cercana Isla de los Pájaros. Un agradable paseo en lancha nos permite rodearla para avistar cormoranes, garzas, águilas pescadoras, pelícanos y espátulas rosadas, entre otras muchas especies avícolas que nos sorprenden con sus hermosos plumajes, picos de diversos tamaños y formas, patas de colores y coros de graznidos.
El,paisaje de la zona ofrece jungla, manglares y mar en un área protegida a lo largo de casi cien kilómetros de arrecifes que conforman la reserva.
El poco impacto turístico que de momento se va manteniendo, ha permitido conservar un arrecife mucho más vivo que el resto de la maltratada costa de la Riviera Maya y sigue albergando una viveza sorprendente, aunque para nada comparable a la que hace treinta años o más, según cuentan los locales de la zona.
Aquí es fácil y emocionante ver especies de diversas tortugas, manatíes, mantas raya y familias de delfines en completa libertad.
Después de un fascinante paseo haciendo snorkel entre sus ricos arrecifes y para gozar de un inolvidable y espectacular baño, nada mejor que la zona denominada como «la alberca» o piscina natural; un lugar en el que, aunque las aguas aledañas anden mas o menos revueltas por corrientes y vientos, mantiene quietas sus cristalinas aguas verde-azul sobre un clarísimo fondo de arenas blancas. Sin duda, un autentico «lujazo».
Los pocos restaurantes o «chiringuitos» de este original y auténtico pueblo nos ofrecen una gran variedad de platillos, entre los que habría que destacar la langosta, capturada en esas aguas y que supone la principal actividad productiva que sostiene a los lugareño, gente muy hospitalaria y sencilla.
Punta Allen, al encontrarse relativamente apartado del resto de la «civilización » debido a la dificultad de acceso carece de energía eléctrica y por tratarse de un sitio arqueológico utiliza la energía solar, lo que propicia inolvidables paseos nocturnos por su tranquila playa, observando un cielo solo iluminado por incontables estrellas.
Aunque son especiales las noches en este magnífico lugar, son pocos los viajeros que se quedan a pernoctar en Punta Allen, pues lo más importante allí es el entorno y la naturaleza que se pueden visitar perfectamente en una excursión de solo un día que permite disfrutar, recoger y conservar para el recuerdo la esencia tan particular de este hermoso lugar.
